sábado, 28 de julio de 2007

Humor de Rudy

La señorita Silvia llegó al aula con su mejor sonrisa actitudinal, procedimental y conceptual de viernes al mediodía, a pesar de que era miércoles, y de mañana. Se concentró en sentirse como si acabara de irse un inspector sin haber encontrado nada que criticarle. Se dijo:"Vas a superar los objetivos propuestos, ya vas a ver". Al fin y al cabo, ella era la maestra, y tenía el poder que da el conocimiento, el haber nacido antes, el título habilitante y la experiencia. Pero ella era una sola; y ellos, muchos. Y si no tenían experiencia, eran inimputables. Y no tenían título, pero tampoco lo necesitaban. "Bueno", se dijo,"son solo niños y yo una adulta". "¡Treinta niños, y una sola adulta!". Pensó en Sarmiento y se dijo: "La espada es muy cruel, la pluma es muy antigua, solo me queda la palabra". Entró.-Chicos -dijo con tono de "Houston, tenemos un problema"-, hoy vamos a hablar de la diversidad. ¿Alguien sabe qué es?-¡Yo, seño! -gritó Gastón- ¡El otro día fui a jugar a la pelota con mis amigos, y ¡qué diversidad! -¿Diversidad de qué, Gastón?-¡Nos divertimos, señorita, eso!-¡Pero no, tarado -saltó Joaquín-, eso no es! Mire, señorita: mi hermano mayor, Roberto, estudia Abogacía y Economía en la Diversidad.-¡Sos un bestia! -dijo Ariel-. Es en la universidad.-¡El bestia sos vos! ¡Yo dije que mi hermano estudia "dos" carreras", por eso "di-versidad"! ¡Uni-versidad sería si estudiara una sola!-¿A quién le decís "bestia"?Antes de que las cosas pasaran a mayores, la señorita Silvia decidió cambiar su táctica procedimental. Los chicos necesitan que alguien los comprenda, los contenga, o al menos que los agarre, para evitar que se arrojen elementos no necesariamente conceptuales, sino más bien concretos, por la cabeza. Y eso era inaceptable. Y además no formaba parte de la currícula.-Chicos, no se arrojen objetos, que "diversidad" es justamente aceptar que el otro sea distinto a mí o piense cosas diferentes de las que yo pienso.-¡Está muy bien, señorita -dijo Joaquín-, yo acepto que Ariel piense cosas distintas de las que piensa usted, pero el problema es cuando piensa cosas distintas de las que pienso yo!-¡Sos un bestia!- insistió Ariel-. Cuando la señorita dijo "yo" no se refería a ella, sino a todos.-¡El bestia sos vos! ¡Si la seño hablara de todos, diría "ellos", no "yo"!-¿Dónde aprendiste adverbios, vos?-¿A quién le decís adverbio?Y otra vez, el fantasma de la violencia implícita y contenida pero no mucho, sobrevoló el aula.-Chicos, "diversidad" es poder escuchar al otro, aunque no nos guste lo que diga -insistió la señorita Silvia.-¡Yo lo escucho, seño, pero si no me gusta lo que me dice, lo surto ¿No soy "diverso" así?-No, Ariel, "diversidad" es reconocer la diferencia.-Es que yo la reconozco, seño. Si me gusta lo que dice, no lo surto nada; el problema es de Joaquín, que no es "diverso".-¡No entendés nada! -saltó Lautaro-. "Diversidad" es "diferencia", ¿entendés? Te voy a dar un ejemplo: "Mi papá trabaja en una empresa extranjera que se instaló acá, para hacer la diversidad".-¿Cómo, Lautaro?-Para hacer "la diferencia", seño, ¿usted no nos dijo que diversidad era sinónimo de "diferencia"?La señorita Silvia se puso roja, verde, violeta, azul, amarilla, naranja e índigo. Miró a los chicos con enojo postural, bronca actitudinal, ira conceptual, angustia presencial, ansiedad virtual e impaciencia espiritual que se mezclaban en su mente y la conducían, sin prisa pero sin pausa, a un leve pero irremediable estado de esquizoidía educacional. Lamentó que Sarmiento no se hubiera dedicado a la esgrima o a la fonoaudiología.Decidió cortar por lo sano.-¡¡¡Basta!!! -gritó- ¡¡¡Ahora me escuchan a mí y se acabó!!!-Ay, seño -esta fue la dulce Juli, mientras se enroscaba un rulito rubio-, no se ponga así, ¿qué le pasa hoy, tiene poca diversidad?

No hay comentarios: